A lo largo de la historia de la psiquiatría, la distimia ha recibido varios nombres que han llevado a considerarla la hermana pequeña de la depresión, lo que en ocasiones ha sido confuso, dado que parecía que no era muy importante.
Finalmente ha pasado a denominarse trastorno depresivo persistente, por la frecuencia con la que se cronifica, así que es muy importante que se diagnostique cuanto antes.
Los síntomas más comunes son:
Nuestros pacientes consiguen superar la distimia de forma autónoma a través de terapias que les proporcionan herramientas para enfrentarse a los problemas.